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Viruela del mono

La viruela del mono (MPX) es una enfermedad vírica zoonótica causada por el virus de la viruela del mono (MPXV). La enfermedad es endémica en zonas de África central y occidental. En estas zonas, el MPXV circula entre los animales salvajes, con transmisión ocasional a seres humanos. Aunque se desconoce el reservorio exacto en estas zonas, se cree que los roedores salvajes intervienen en la transmisión.

El virus también puede propagarse de humano a humano, como ocurre con este brote actual que afecta, entre otros, a los países de la UE/EEE. Los signos clínicos son similares a los de la viruela, pero normalmente son mucho más leves. Los casos en seres humanos suelen presentar fiebre, erupción e hinchazón de los ganglios linfáticos, y pueden ocasionar diversas complicaciones médicas.

Papel de la EFSA

En colaboración con el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), encargado de supervisar los casos en humanos, los expertos de la EFSA siguen de cerca el progreso del brote de viruela del mono y tienen presente la posibilidad de transmisión a animales en la UE.

Últimos datos

En mayo de 2022 se detectó un brote de viruela del mono (MPX) en seres humanos en países de la UE/EEE y otras partes del mundo. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades proporciona información actualizada sobre la epidemiología Estudio de la frecuencia con la que se producen enfermedades y otras afecciones en distintos grupos de personas y sus causas. Incluye el estudio de mediciones relacionadas con la salud (p. ej. la exposición a plaguicidas o un déficit de vitaminas) en una población y cómo pueden afectar al riesgo de problema de salud. de este acontecimiento en su sitio web, donde puede consultarse la información más reciente (incluido el número de casos).

Preguntas y respuestas

Las enfermedades zoonóticas son infecciones o enfermedades que pueden transmitirse entre animales y seres humanos.

No. El nombre proviene del hecho de que el MPXV se descubrió por primera vez en un primate no humano, un macaco, en un zoológico en Copenhague a fines de la década de 1950. Los monos, como los humanos, son huéspedes accidentales.

En zonas endémicas Presente de manera constante en una población o región, ya sea de forma latente o activa, y comprobado mediante ensayos clínicos., el MPXV se transmite principalmente de animales infectados a seres humanos y a otros animales vulnerables a través de picaduras y arañazos de un animal infectado, o por contacto estrecho con líquidos infectados. También se cree que la manipulación de cadáveres o carnes crudas infectados es una fuente de infección. En la UE/EEE no se ha registrado este tipo de transmisión.

Hasta ahora, en la UE/EEE, la mayoría de los casos notificados se han producido entre varones que mantienen relaciones homosexuales y se cree que la transmisión se produce durante el contacto sexual.

El virus se propaga de una persona a otra por contacto estrecho con el material infeccioso de lesiones cutáneas u orales, por gotitas respiratorias durante el contacto cara a cara prolongado y por objetos contaminados. Para obtener más información sobre el número de casos en humanos, consulte aquí.

La detección del MPXV o de anticuerpos dirigidos contra él se ha demostrado en una amplia variedad de especies Subdivisión del género, la especie es un grupo de organismos estrechamente relacionados y de apariencia similar; en el caso del Homo sapiens (el ser humano), la segunda parte del nombre (sapiens) representa a la especie., entre ellas primates no humanos, zarigüeyas, diferentes tipos de ardillas y ratas africanas, lirones, el puercoespín africano de cola de cepillo y el erizo africano. Otras especies vulnerables a la infección, que es más probable que se utilicen como mascotas, son conejos, liebres, perritos de las praderas y otros roedores.

No, no todos los animales vulnerables muestran signos clínicos. Varios primates no humanos presentan signos clínicos cuando se infectan. Otras especies en las que se han observado signos clínicos son diferentes tipos de ardillas, perritos de las praderas y conejos. La intensidad de los signos clínicos varía según la especie, pero en general se observan síntomas como fiebre, letargo y erupciones y vesículas cutáneas en el cuerpo y la cara y, en ocasiones, la muerte.

Aunque actualmente no se está llevando a cabo una vigilancia activa del MPXV en la UE/EEE, hasta la fecha no se han notificado casos en animales ni se han notificado casos de seres humanos infectados por un animal en el contexto del brote actual. Las investigaciones epidemiológicas realizadas hasta ahora no han vinculado el brote actual en la UE/EEE con animales.

Antes del brote, en la UE ya se había adoptado una decisión de la Comisión Europea para abordar los riesgos derivados de la MPX a partir de animales importados mediante la adopción de medidas de protección en relación con el MPXV.  Con arreglo a esta decisión, los Estados miembros prohibirán la importación de roedores de especies no domésticas y de ardillas originarias o procedentes de terceros países del África subsahariana y de EE. UU.

La transmisión de los seres humanos a los animales no se ha documentado en la bibliografía. Sin embargo, esto no significa que no sea posible la transmisión de los seres humanos a los animales.

Por este motivo, si está infectado por el MPXV, la recomendación actual es aplicar medidas de precaución comunes, como evitar el contacto con el animal durante el periodo de aislamiento. La atención veterinaria de primera línea (clínicas y hospitales veterinarios) debe adoptar precauciones y permanecer alerta al tratar con mascotas que viven en un hogar con personas infectadas.

Si está afectado por MPX y sospecha que su mascota presenta signos clínicos compatibles, debe informar a su veterinario o clínica veterinaria. En caso necesario, alertarán a las autoridades competentes de su país y le asesorarán sobre las medidas que debe adoptar.

Dado que la enfermedad es una zoonosis, es necesaria una estrecha colaboración entre las autoridades sanitarias humanas y veterinarias para tratar a los animales expuestos y evitar que la enfermedad se transmita a los animales.

En caso de sospecha o confirmación de un caso en un animal, el Estado miembro en cuestión debe adoptar las precauciones y medidas necesarias de conformidad con la legislación veterinaria pertinente.